Prisioneros, el dilema moral como cárcel

Uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo es Denis Villeneuve. Nacido en Canadá, tiene un estilo personal muy presente en cada una de sus obras. Incluso al inicio de su carrera cuando no hablaba de ciencia ficción, el cual se ha vuelto su género favorito en las producciones que conforman su filmografía más reciente.

«Prisioneros» es su primer largometraje en suelo americano, su etapa canadiense terminaba con la nominada al Oscar a mejor película extranjera «Incendies». Y previamente la aclamada «Polytechnique», un drama basado en los eventos ocurridos en la masacre de 1989 en Montreal.

No es de extrañar entonces que su primera producción en Hollywood contara ya con la participación de un elenco destacado. Para muchos es una cinta que pasa desapercibida debido a los grandes blockbusters que integran los últimos años de su carrera, como «Blade Runner 2049» y «Duna». «Prisioneros» no tiene la espectacularidad de un mundo distópico o futurista, pero es igualmente interesante y disfrutable.

La trama

La familia Dover decide pasar la comida del Día de Acción de Gracias con sus amigos, la familia Birch. Ambas familias tienen dos hijos, un par de adolescentes y un par de niñas pequeñas. Sin darse cuenta, las niñas salen de su casa sin dejar rastro, la sospecha recae sobre una misteriosa casa móvil que estaba aparcada a unas cuadras. La policía toma el caso con el detective Loki (Jake Gyllenhaal) al mando. Cuando las investigaciones no logran imputar como culpable al principal sospechoso, el Sr. Keller (Hugh Jackman) padre de una de las pequeñas decide emprender justicia por su propia mano.

Atmósferas melancólicas

El thriller criminal es un género que ha cautivado por décadas a las audiencias, pero son contadas las cintas memorables del género. De inmediato uno piensa en David Fincher y su trabajos en «Se7en» y «Zodiaco», y el estilo de Villeneuve bebe un poco de esta escuela pero manteniendo su propio sello.

Denis gusta de atmósferas melancólicas y desoladas, pareciera incluso que en ocasiones los protagonistas viven en un mundo donde nadie más habita. Sus historias se desarrollan a ritmo pausado pero nunca lento, develando el misterio a cuenta gotas. En esta producción podemos ver la primera colaboración con el longevo y galardonado cinefotógrafo Roger Deakins. Que nos muestra de manera exquisita una ciudad sumergida en la penumbra por el cielo nublado y continuas lluvias, lo que ayuda a reforzar la sensación de pesadumbre y depresión.

El título no es lo que parece

Con constantes giros en su trama el título no se refiere a una situación en particular, quizá pensemos que en un principio se refiere a la situación de las niñas. Pero conforme se va tejiendo la trama nos damos cuenta que tiene más relación con los demás personajes de la historia.

Cada uno es prisionero de sus propios miedos o creencias, no importa el índole de sus objetivos. Es así, como aquellos que parecen buenos no lo son tanto en cuanto empiezan a perder perspectiva de la realidad empujados por su desesperación. Y aquellos que percibimos como villanos pudiera ser que estén presos de otras circunstancias ajenas a su voluntad.

En general la película nos plantea Un dilema ético, que tan dispuestos estaríamos a cruzar los límites de lo que consideramos correcto si alguien que nos importa estuviera en una situación de vida o muerte.

La cinta trata de ser lo más neutral posible respecto a cuál podría ser la respuesta correcta, pues es algo que sólo puede saber cada uno de nosotros llegando a una situación tan extrema.

En conclusión

«Prisioneros» es una excelente película que nos muestra que el talento de Denis Villeneuve abarca más allá del género fantástico. Y que un buen director sabe contar historias sin importar el tipo de libreto con el que trabaja. Si una vez concluida esta cinta deseamos ver un poco más de este estilo, podemos recurrir a su siguiente producción del mismo corte, «Sicario». De la cual ya hablaremos en otra oportunidad.