Pan de muerto: una rica tradición

Hoy es 28 de octubre y hasta el día 2 de noviembre, el olor de un mismo pan inunda los pueblos de origen indígena del centro de la República Mexicana (la antigua Nueva España). El día 3 de noviembre ese olor se habrá ido con las almas que estuvieron visitando los altares edificados en su memoria, al igual que otros alimentos instalados en las ofrendas, es el llamado pan de muerto un componente indispensable que en estos últimos dos siglos se ha vuelto el alimento central para una tradición prehispánica.  

Es el pan un alimento que forma parte de la evolución humana, pues éste se logra elaborar en el momento en que el hombre se vuelve sedentario.

A través de los siglos el pan ha adquirido un peso escénico en diversas festividades y regiones del mundo, hay fechas y lugares que se identifican por el pan que se elabora en determinada ciudad para una celebración definida. 

En México todos sabemos que la panadería fue una herencia de la conquista española, pues fueron los españoles quienes introdujeron este alimento y capacitaron a los indígenas para su elaboración, pero si no había trigo en esta región del mundo ¿Cómo es que se elaboró el primer pan?, Pues de acuerdo a lo que nos narra Héctor de Mauleón, en su libro “La Ciudad Que Nos Inventa” en el capitulo “Panadería”, fue gracias a Juan Garrido, un antiguo esclavo negro ya en libertad que formaba parte de los hombres de Hernán Cortés, quien sembró unos granos de trigo encontrados en un costal de arroz de un cargamento que procedía del puerto de Veracruz. Al momento de cosechar obtuvo de estos granos “cuarenta y siete espigas doradas” y fue así como en el año de 1522 se pudo conocer el aroma del pan por primera vez en la Nueva España y los conquistadores comían el primer pan elaborado en estas tierras.

A lo largo de casi cinco siglos los mexicanos hemos adoptado otros estilos para elaborar pan, tanto de la influencia francesa como de la italiana o de la norteamericana, pero siempre en constante evolución, con una mezcla de sabores y técnicas que se han perfeccionado al grado de tener mayor variedad de panes que los mismos españoles. 

Si bien no se tiene una fecha precisa sobre la aparición del llamado pan de muerto, si se diferencia del resto los panes que se hornean en el mundo.

El pan de muerto simboliza el ciclo de la vida y la muerte con su circunferencia, tiene dos tiras largas cruzadas, las cuales representan un par de huesos o canillas, pero también con estas figuras se apunta hacia los cuatro puntos cardinales del universo, que en el mundo prehispánico fueron consagrados a Quetzalcóatl, Tezcatlipoca, Tláloc y Xipetotec, por último, al centro se encuentra una bolita que representa el cráneo humano. Este pan se caracteriza por su sabor anís y ese aroma único de agua de azahar que es la infusión de pétalos de la flor de azahar de naranjo amargo, es un pan poco dulce en la masa, pues en algunas localidades le espolvorean azúcar o ajonjolí, cada estado del centro del país ha elaborado su variante de pan de muerto, sin embargo, el que se ha descrito es el más representativo de esta tradición. 

A partir de hoy y durante los siguiente días observaremos que casi el 100% de la producción de todas las panaderías de los estados de Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca y CDMX inundarán sus exhibidores de esta deliciosa artesanía comestible, pero la tradición se ha expandido a las cafeterías de pan gourmet, esos lugares que en ocasiones se ven distantes de la mexicaneidad y se identifican más con postres y  piezas de pan europeo, por el contrario hemos encontrado a BOU un restaurante, cafetería y panadería a la vez. Instalado en la Roma Norte de la CDMX se muestra como ejemplo de lo sofisticado, ofreciendo en cada uno de sus productos una calidad en la presentación, en el aroma y sobre todo en el sabor de sus productos de calidad internacional, y para esté fin de semana nos comparten un pan de muerto que se adapta y respeta la tradición de un México prehispánico y colonial en tiempos postmodernos, ya que en cada mordida a ese pan disfrutaremos de una cultura arraigada en valores, en colores, pero sobre todo en SABORES. 

Así como Bou hay una cantidad de lugares en el centro de la república que nos ofrecen un pan de muerto que nos remiten a ese olor a panadería de horno de leña, de un pan con un sabor único en todo el mundo, disfrutemos en cada una de nuestra ciudades, de nuestros pueblos y de las ofrendas que visitemos el pan que identifica a México en una festividad que le rinde culto a la muerte, que la espera con ansias cada año, porque desde el día 28 de octubre hasta el 2 de noviembre se abre un portal entre el mundo de los  muertos y los vivos, y eso sólo pasa en México. 

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