En los años noventa Memo Ríos lanzo una canción Techno que se llamaba «Pedro Infante murió», donde nos cuenta muy a su estilo el impacto que causó la muerte de este ídolo en la sociedad y es que esa noticia sacudió a todo un país en los años 50 y la muerte de Vicente Fernández aunque para muchos era una noticia ya esperada, no dejó de ser un acontecimiento que se volvió un fenómeno social. Algo muy parecido a lo que pasó con Pedro Infante, pero guardando las dimensiones de los tiempos y la inmediatez de los hechos gracias a los actuales avances de la tecnología.
Vicente Fernández es más que un representante de música vernácula , aunque no queramos aceptarlo su voz está tatuada en nuestro más profundo ser, podrás ser amante o no de la música ranchera, pero alguna vez seguro te conectaste de una u otra forma con alguna de sus interpretaciones.
Vicente Fernández deja un gran legado musical, cinematográfico y emocional , que solo se ha visto en ídolos de la estirpe de José Alfredo Jiménez, Javier Solís , José José y Jorge Negrete, solo por mencionar algunos. Todos ellos están en nuestro inconsciente colectivo.
El charro de Huentitán como es también conocido, deja un vacío cultural tan grande que una vez fallecido un 12 de diciembre día que se venera a la Virgen de Guadalupe, se convierte inmediatamente en un ídolo que será venerado como a un santo, algo muy parecido a lo que sucede con la imagen de Diego Armando Maradona. pero en esta ocasión la imagen de Don Vicente Fernández representa a México en muchos sentidos y dimensiones, pese a quien le pese.
Con la muerte de Vicente Fernández se cierra un ciclo en donde nos toco presenciar la despedida de el ultimo gran representante de la música vernácula de nuestro país, a partir de este momento veremos y escucharemos al mariachi de forma diferente, será mas bien como un puente al pasado donde algunos creen que todo era mejor. pero al mismo tiempo se inmortaliza un estereotipo que dejara una huella profunda en la cultura popular del mundo.
