La palabra thriller que define al género del mismo nombre, tiene una traducción al español como «suspenso», y deriva en inglés de la palabra «emoción». Sin embargo puede extenderse esta definición agrupando más conceptos como intriga, aventura, drama, etc. Todo ello con el fin de mantener el interés continuo del espectador o lector cuando de novela se trata.
Y dentro de este género encontramos sub géneros, que aunque no hay una clasificación canónica al respecto podemos ubicarlos de manera autónoma. Tal es el caso del thriller político.
Historias centradas en situaciones que involucran a personajes que controlan los destinos de la política o de las mismas naciones, y que generalmente buscan objetivos poco éticos que son descubiertos por algún investigador o ciudadano fortuito.
Recordamos cintas como el «Informe Pelícano» de Alan J. Pakula, «Estado de Gracia» de Kevin Macdonald, o una cinta de la que hablamos anteriormente «Secretos de Estado». Películas que logran el objetivo de entretener y mantener el intéres de la Audiencia a pesar de lo complejo que puede volverse una trama que requiere ir hilando nombres, conspiraciones y posibles traiciones.
Hoy hablaremos de «La Intérprete», película del año 2005 y que logra ejecutar este género de manera exitosa.
La trama
Silvia Broome (Nicole Kidman) es una intérprete de origen africano que trabaja como traductora simultánea en la ONU, un día por casualidad escucha entre penumbras una conversación que al parecer sugiere el asesinato de un mandatario que está próximo a dar un discurso en la ONU. El presidente de Matobo, nación en convulsión política y de donde es originaria Silvia.
Al comunicarlo a las autoridades se vuelve blanco de aquellos que conspiran, y el agente Keller (Sean Penn) asignado a su caso duda de la veracidad o en todo caso, de la inocencia de Silvia en el complot. Conforme el tiempo se agota, nuevos misterios son develados que pondrán a la protagonista en la mira de ambos frentes.
Un director versátil
«La Intérprete» es una de las películas menos recordadas del actor y director Sydney Pollack, la cual por cierto, fue su última cinta antes de fallecer. Pollack tiene películas más relevantes en su filmografía como la ganadora del Oscar «Africa Mía» de 1985, o «La Firma» de 1993 con Tom Cruise, la cual también es de corte thriller pero corporativo. Y «Tootsie» con Dustin Hoffman de 1982, por mencionar algunas. No por ello quiere decir que esta película es mala, solo que otras obras del director han resultado con una calidad extraordinaria.
Ya en «La firma», de la cual comentaremos en un artículo posterior, Pollack había dado muestras de dominar el género. Y de manera similar La intérprete relata la historia de una ciudadana común que repentinamente tiene que luchar contra un complot externo que amenaza su vida.
El director logra transmitirnos la sensación de acecho continuo que experimenta la protagonista y a la vez nos hace participes de la investigación que sucede en paralelo, sembrándonos la duda de si realmente no tiene conexión con quien sea que está orquestando el complot.
Algo inusual y que mucha gente esperaría, es que los protagonistas mantuvieran una relación afectiva, la cual se da, pero no en los términos románticos que son mandatorios en el cine. Desde luego por momentos existen ciertas insinuaciones románticas entre los personajes, muy sutiles. Dicha falta de química entre los personajes, es parte de los aciertos de la película. La hace incluso más real, ya que en la vida la gente no va encontrando el romance en cada situación extrema que le sucede. Y esto permite que nos centremos completamente en la trama que se desarrolla minuto a minuto.
Hasta la fecha esta es la única producción a la que se le ha concedido el permiso de grabar en el edificio de las Naciones Unidas, lo que le aporta un ingrediente extra de realismo. Cosa que no habría sido posible si se hubiera mantenido la idea original de grabar en un set en Canadá, y que fue desechada debido al alto costo de replicar las curvaturas del icónico edificio y que obligó al director a lograr por todos los medios el permiso para la filmación en locación.
Un detalle menor
Quizás la mayor crítica desde el mismo debut de la película fue el hablar de problemas de naciones africanas (aunque ficticia en este caso), mediante una actriz blanca. Si bien esto común en la región de Sudáfrica en el resto del continente esto no sucede así. Y quizás la selección de una actriz de color hubiera sido más indicada para dicho papel.
Sin embargo la cinta fue escrita con Nicole Kidman en mente para el protagónico, el cual requería que la nación de donde el personaje es originario, fuera un país en conflicto y con un dictador en el poder. Las opciones para recrear dicho escenario solo ocurren en naciones del tercer mundo, y el único lugar geográfico que conjuntaba esas características y donde Kidman podía dar el «tipo», era la Africa blanca.
Una buena opción para la tarde
Aunque el género de thriller no gusta a todos, por no tener constantes escenas de acción y ser más bien una cocción de fuego lento, «La Intérprete» es una buena película para darle la oportunidad a este género, y aunque como lo comentamos al principio, quizás no es la mejor cinta del director. Una película «floja» de Pollack es mejor que cualquier «refrito» de esos que abundan ahora.
- La intérprete (2005) 2h 8m
- Protagonistas: Nicole Kidman y Sean Penn
- En streaming por HBO max y Netflix