Deep Water: erotismo sin misterio

El thriller erótico es un género difícil de equilibrar, su mezcla entre misterio y lujuria hace estrellarse a varios directores y actores en su intento por lograr una historia que mantenga una intriga coherente que se devela poco a poco. Y una tensión sexual que no traspase el límite de lo vulgar o se convierta en soft porn.

Uno de los directores que siempre ha preferido este tipo de cintas es Adrian Lyne, desde su tremendo éxito en los 80s con 9 1/2 semanas ha explorado en sus diferentes proyectos el deseo sexual como eje de las historias. Quizás de manera más sutil en el clásico «Flashdance» (1983), con un poco más de locura en «Atracción Fatal» (1987). Polémico en «Una Propuesta Indecorosa» (1993), fallido en el remake de «Lolita» (1997) y exquisito en la que había sido su último filme «Infidelidad» en 2002. Estos prácticamente 20 años alejados del lente nos hacían esperar ansiosos esta nueva propuesta del director inglés.

La trama

Vic (Ben Afflek) y Melinda (Ana de Armas) son un matrimonio que vive en una pequeña ciudad americana, a la orilla de la naturaleza entre lagos y bosques. Tienen una pequeña hija bastante lista y parecen formar la familia perfecta por lo menos en apariencia. Melinda constantemente se encuentra involucrada con nuevos «amigos» que levanta sospechas no solo de su marido, si no de sus allegados. Ella no parece esconder la situación en lo más mínimo, al contrario trata de exhibirlo lo más posible. Al parecer la última «amistad» de Melinda desapareció misteriosamente y entre rumores y bromas se especula que su marido podría haber sido responsable por ello. Conforme la lista de pretendientes aumenta seremos testigos de que tan lejos sería Vic de llegar, con tal de mantener su relación a flote.

Aguas no tan profundas

«Deep Water» Es una película que no esconde la traición, sino que ésta forma parte de la sala de la casa, propone a una esposa ninfómana y a un marido sociópata que viven el desastre de su matrimonio unido solamente por la pequeña niña genio que tienen por hija.

Si bien la película poco deja al misterio, y por ende no es tan profunda como el título promete, hay momentos bien logrados que nos hacen preguntarnos si realmente los culpables son quienes pensamos, o si finalmente habrá una explicación que nos lleve al asombro y a un final inesperado.

Con una trama inverosímil la cinta no pretende contarnos una situación creíble, nunca busca basarse en el realismo de los acontecimientos; acercándose más al relato o la fábula que una historía cinematográfica.

Esta película significó el inicio de la relación en la vida real de los actores protagónicos, lo cual no se ve reflejado en la química de la pantalla. Y quizás ese sea el motivo por el cual dicha relación concluyó a final de cuentas unos mese después.

Ben Afflek ha demostrado ser mejor director que actor, y en esta ocasión su registro actoral no es muy distinto de aquel que presentó en «Perdida», por lo que por momentos pareciera ser parte de una secuela.

Ana de Armas que es una actriz en ascenso y que está empezando a cosechar las mieles del éxito, no logra descifrar por completo el rol de una femme fatal, pero se agradece el esfuerzo. Tuvo más carisma en sus 5 minutos de Paloma en la última cinta del agente 007 que en las 2 horas de esta producción.

Probablemente quien se lleva la cinta, y que para muestra basta la escena post créditos es la pequeña actriz que interpreta a la hija de ambos, Grace Jenkins. Con un irrefutable ángel es sin duda la estrella lograda de la cinta, resultando irónico que una niña termine siendo lo mejor de una cinta no apta para menores.

En Conclusión

Aún con todo lo mencionado anteriormente esta cinta es consumible, quizás los estándares del mismo director no sean los mejores. Pero una mala película de Lyne es mejor cualquier intento mediocre de Netflix.

  • Deep Water (2022) 1h55m
  • Director: Adrian Lyne
  • Protagonistas: Ben Affleck y Ana de Armas
  • En streaming por Amazon Prime

Curioso de las artes visuales.

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