Moonfall: el cine de desastre es un desastre

En el cine la idea de los desastres o catástrofes naturales están presentes desde la década de los setentas con películas que que nos presentaban terremotos, inundaciones, incendios y algunas otras tragedias. Pero es en la década de los noventas que surgen los blockbusters basados en cataclismos, los más recordados «El día de la independencia» y «Armageddon» entre otros.

Y es precisamente Roland Emmerich el director del «Día de la Independencia», quien se ha vuelto el director estandarte por excelencia de las películas basadas en mega desastres. Podemos recordar entre otras de sus obras «El día después de mañana» donde habla sobre el cambio climático, «2012» sobre el vaticinio de fin de la humanidad; «Godzilla» en su priemra versión; y hace apenas un par de años la segunda parte de «Día de la independencia».

Hoy hablaremos de su más reciente largo metraje «Moonfall», la cual vuelve a usar esta idea de peligro venido desde el espacio con la amenaza de destruir la tierra que habitamos.

La trama

Brian Harper (Patrick Wilson) es un astronauta que sufre un accidente en una misión en el espacio donde fallece uno de sus compañeros, la NASA lo culpa de lo sucedido y no creen su versión sobre que una tecnología extraterrestre fue la causante del percance; acabando por completo con su carrera. Años después Jocinda (Halle Berry) su compañera de misión que también sobrevivió, se mantiene dentro de las misiones espaciales y es encargada con darle seguimiento un extraño acontecimiento. La luna ha cambiado su órbita y ésta se aproxima en colisión hacia la tierra.

Dicho evento también es descubierto por un aficionado a la astronomía y fenómeno OVNI, KC (John Bradley) que busca a Brian para compartir su teoría de que no solamente se trata de un movimiento o desastre natural. Él está seguro de que tecnología extraterrestre es parte del asunto, ambos junto con Jocinda se embarcarán en la titánica tarea de salvar al planeta.

El director

El desarrollo y contenido de la cinta no es sorpresa, Roland Emmerich el director, gusta de tener sus clichés tanto en estructura narrativa como en personajes e imágenes llenas de caos. Sin embargo con el paso de los años su estilo se ha tornado demasiado barroco, con una velocidad o sentido del tiempo demasiado frenético y numerosas capas de argumentos y personajes que podrían omitirse sin problema.

Si bien el cine actual demanda mayor cadencia que sus producciones noventeras, se ha vuelto muy complicado entender sus tramas de sus últimos proyectos. Esto desde luego impide el disfrute de la película en su totalidad, no exigimos profundidad de argumento o un mensaje poderoso, simplemente se desea que no sucedan tantas cosas en pantalla a la vez y a tanta velocidad.

Una parodia de si mismo

Quizás haya sido intención del mismo director el parodiarse a si mismo, hacer de esta cinta una especie de «cine B», de esas que solían llegar directo a los video clubs sin estreno en cine. Y que ahora son las llamadas «películas originales» de las plataformas de streaming. La más famosa «Sharknado», una historia que nos relata como un tormenta o tornado levanta a los tiburones del mar y los hace llover sobre una localidad cercana sembrando el terror entre los habitantes.

Y es con estas exageraciones que en varios tramos de Moonfall perdemos toda conexión con lo verosímil, la historia pierde credibilidad por completo. Y no es que sea lógico y científicamente correcto el universo de Alien, Star Wars o Marvel; pero saben mantener la línea de la famosa «suspensión de la incredulidad», y aunque sepamos que vemos ficción no la juzgamos en el momento. Cosa que si sucede prácticamente a cada instante en esta cinta.

Las actuaciones

No hay mucho que decir en lo que respecta a actuación, ya que los personajes en si mismos no requieren de mucho rango actoral, quizás lo que sorprende es la aparición de Halle Berry y uno se pregunta las razones que la llevaron a aceptar el papel protagónico, quizás únicamente monetarios. Sorprende menos en los demás actores de soporte, encontramos a un Patrick Wilson, que aunque cuenta con una buena trayectoria, hasta la fecha solo la saga de «El Conjuro» se puede decir que es su mayor éxito.

John Bradley, pues para la mayoría siempre será Samwell Tarly de la serie «Juego de Tronos». Y también sorprende un poco la aparición o mejor dicho cameo, de Donald Sutherland que trata de explicar una teoría conspiranoíca en dos minutos.

En conclusión

«Moonfall» es un intento fallido del director de mantenerse vigente en el cine de desastres, con algunos destellos aquí y allá de humor y acción que no recompensan la trama en su totalidad. Si no hay nada más que ver y tiene dos horas para matar el tiempo puede que sea una buena inversión, de otro modo véala bajo su propio riesgo que sobre advertencia no hay engaño.