Psicosis: El terror en lo cotidiano

El maestro del suspenso así se le denominaba a Alfred Hitchcok, un cineasta que encontró en el misterio y el horror en lo cotidiano una forma de hacer cine que creó época.

Aún en la actualidad varios de sus filmes son referencias para los grandes cineastas contemporáneos, ya sea por la manera en que encuadraba a sus personajes o por la forma en que están construidas sus tramas de giros inesperados y personajes que son parte de la normalidad de la vida cotidiana.

Una de sus más grandes obras y probablemente la más conocida incluso para aquellos que no la han visto es «Psicosis» (Psycho), que ha quedado grabada en la memoria colectiva de la humanidad con aquella escena del asesinato en la regadera al compás de una música estridente y fotografiada en blanco y negro.

La trama

Marion (Janet Leigh) es una secretaria común y corriente en un inmobiliaria, que secretamente mantiene un romance con un hombre casado. Repentinamente decide huir con el dinero que le es confiado por la venta de una propiedad. Un acaudalado hombre de rancho hace el pago en efectivo y ella es comisionada para ir a depositarlo al banco, cosa que nunca sucede pues emprende de inmediato la huida en su auto tomando carretera. Atormentada por lo ocurrido y acechada por la angustia de que probablemente la policía ya está tras de ella, es orillada a parar en un motel para resguardarse de una tormenta. Ahí conoce a Norman (Anthony Perkins), quien está a cargo del establecimiento, pero pronto un tercer personaje hará «aparición» y cambiará por completo el rumbo de los acontecimientos.

Una película sencilla

Muchos clasifican esta cinta como la más violenta o sangrienta de Hitchcock, fama debida a las críticas y percepción de la gente desde su estreno en los años 60s. Si somos objetivos la película solo contiene 50 segundos de dicha violencia, e incluso en esos instantes no vemos completamente claro lo que sucede. Sin embargo para la época y los estándares que se manejaban en aquel entonces debió ser impactante. Basta decir que la escena donde la protagonista tira basura en el inodoro ya era toda una transgresión en el cine. Jamás se había filmado uno antes, incluso hubo problemas para hacerlo funcionar en el set, debido a que nunca se había hecho alguna escena que requiriera de un escusado, ya no se diga que funcionara en pantalla.

Así las cosas, esa escena que causó conmoción, que cambiaba por completo el trayecto de la cinta, la cual pensábamos se trataba de la joven protagonista, cuando en realidad el director nos preparaba otra cosa.

Esa escena que queda para la posteridad y que para lograrla se tuvo que construir una regadera de 2 metros de ancho para poder colocar la cámara debajo de ella; y la sangre que muchos recuerdan en rojo, pero que es imposible porque la cinta siempre ha sido en blanco y negro, era simplemente jarabe de chocolate, que era lo que mejor retrataba en cámara.

Hitchcock después de rodar suntuosa películas con estrellas de Hollywood quería hacer un filme sencillo y de bajo presupuesto, y el estudio al conocer la novela en la que está basada vaticinaba un fracaso. Por lo que acordaron que la mayor parte de su sueldo sería resultado de la taquilla. El resultado, un éxito contundente que hizo millonario a Alfred y cimentó su carrera y obra para la posteridad.

El terror en lo cotidiano

Psicosis fue sin duda no solo una obra determinante en la carrera del afamado director inglés, lo fue para el cine como industria y el género del suspenso. Dictando nuevas formas narrativas, musicales y conceptuales que han sido utilizadas por las nuevas generaciones, incluso aún en estos días.

Si bien hoy ya no causa mucho impacto y cualquier película de medio día en cable, o incluso el noticiero de las 2 tiene más violencia y sangre. Psicosis fue de las primeras cintas en explotar este temor de convertirse en víctima de lo inesperado, de no saber si aquel desconocido puede ser de confianza o un asesino en potencia. Cosas que en los años 50 eran más esporádicas y por lo tanto más espeluznantes.

En la actualidad pareciera que el terror y la ansiedad por desconocer si la persona de al lado es de confianza o un psicópata, es cosa de todos los días. Acostumbrados y no, es parte del paisaje cultural y social en el que nos desenvolvemos día a día.

Puede que al ver esta cinta perdamos asombro por la misma, pero si miramos detalladamente e intentamos ser ingenuos por un momento podemos ver la esencia que la hecho el clásico que es y seguirá siendo.