Top Gun Maverick: Cine para verse en el cine

La pandemia cambió muchas de nuestras costumbres entre ellas la manera que vemos cine, nos acostumbramos a hacerlo desde la sala de nuestra casa. Era de esperarse que una vez normalizada la situación la gente no asistiera en la misma forma de antes. Durante estos dos años las salas de cine sobrevivieron con lo mínimo, y algunos estrenos desde finales del año pasado han tenido la intención de hacer regresar a las audiencias. Como fue el caso la última película de James Bond, la secuela de Los Cazafantasmas o la tercera entrega del Hombre Araña.

Aunque estás producciones y otras pocas lograron el objetivo, lo cierto es que los niveles de audiencia no son los mismos qué eran antes. La reducción de producciones cinematográficas aunado al poco interés que despiertan películas que no pertenecen a Marvel, DC o han sido libros exitosos, hacen difícil atraer a la gente de nuevo a los complejos de cine.

Algunas proyectos sucumbieron ante la presión de los estudios y prefirieron el estreno en las plataformas digitales. Algo que la estrella y productor de la cinta que hablamos hoy nunca tuvo en mente. Todo lo contrario, en entrevistas ha dejado claro que apuesta por un resurgimiento de la asistencia a la gran pantalla. Fueron dos años los que tuvo «enlatada» esta película que a pesar de ser tan esperada (más de 30 años) no impidió qué le espera se prolongara un poco más. Para Tom Cruise es de suma importancia hacer cine que se vea en el cine.

La trama

El piloto naval Capitán Pete «Maverick» Mitchell es llamado después de 30 años a regresar a la escuela elite de donde se graduó, Top Gun. A petición de su antiguo rival y primero de su generación Almirante Tom ‘Iceman’ Kazansky, con quien desarrolló una amistad desde aquel entonces. La petición es entrenar a una nueva generación de pilotos para una misión de alto grado de dificultad y seguridad mundial. La cual requiere no solo la pericia sino un poco de la imprudencia que maneja el propio Maverick.

Dentro del grupo de estudiantes se encuentra Bradley ‘Rooster’ Bradshaw, el hijo de su mejor amigo y compañero de vuelo «Goose. Fallecido durante las prácticas que realizaron durante su estancia en Top Gun décadas atrás. La animadversión de Bradley hacia Pete a quien culpa de la muerte de su padre aunado a la dificultad de la misión pondrán a prueba los límites de Maverick conduciendo a este joven grupo de pilotos que son la elite de la aviación naval.

¿Top Gun: Maverick es igual o mejor que la primera?

La respuesta a esta pregunta es si y no. Si, porque desde luego los estilos narrativos, la cinematografía y la acción son acordes a los estándares de nuestra actualidad, e incluso rebasan a lo que otras películas de acción han sido capaces de lograr en producciones recientes. Situándola por encima de su predecesora.

No, porque la cinta original tiene un impacto en la cultura pop de toda una generación que esta cinta será incapaz de replicar. Y no se trata de calidad, como ya se mencionó, si no por que no puede crear el mismo efecto mediático que se registraba en los años 80s con cintas que se volvían cuestión de «culto». Arrastrando industrias como la de la música, la moda y la idealización de un personaje por parte del público que adoptaba dichas actitudes o manierismos.

Los ochentas era una época donde las cosas, no solo físicas si no conceptuales duraban y los impactos de esta índole no solo era de lenta asimilación, también se consumían de modo lento.

Algo completamente impensable en los tiempos actuales, donde todo está destinado a durar unos instantes. Las redes sociales han exponenciado la viralidad de las situaciones. Pero a su vez han acelerado sus fecha de caducidad, haciendo de fenómenos o situaciones sociales simples llamaradas.

Nadie hoy en día se vestirá como Maverick al salir de ver la cinta, mucho menos se enlistará en la marina como sucedió en aquel entonces. Ni habrá hits musicales como «Danger Zone» o «Take my Breathe Away», aun cuando Lady Gaga hizo el intento.

Y es que probablemente ninguna cinta vuelva a hacerlo, en lo que llevamos de nuevo siglo no habido una película que cree dicho fenómeno. Quizás la última haya sido The Matrix en los 90s, dejando a este siglo las sagas como la de Harry Potter con esa responsabilidad, pero que proviene de un éxito ya impulsado por el «boom» literario.

El realismo de la acción

Top Gun: Maverick es una muy buena mezcla de nostalgia y actualidad, si bien es cierto que no necesariamente se tuvo que ver la primera cinta para disfrutar de esta, hay que admitir que tener conocimiento de la primera aporta una experiencia más completa de la segunda.

Las escenas que nos dan una mirada al pasado son suficientes para saciar nuestra nostalgia y sentirnos más cercanos a la trama. Y las escenas de acción mejoradas y filmadas en Imax sin duda son el platillo fuerte de la cinta.

Con actores que tuvieron que aprender a soportar las presiones físicas a las que se somete un piloto, además de manejar su propio equipo de cinematografía en cabina. Son sin duda un ingrediente clave que hace especial a esta producción.

En conclusión

No hay mejor pretexto para salir de la sala de la casa y entrar a una sala de multicinema a presenciar lo que probablemente sea algo en extinción. Al igual que lo es la aviación pilotada por humanos que es citado dentro de la cinta. Me refiero a películas hechas por y para el cine, con una super estrella de las que ya no hay, porque la tendencia es hacia el streaming y las fast-movies.

Algunos especialistas, entre ellos Steven Spielberg, prevén que el cine seguirá pero más como una clase de teatro. Con algunas cuantas salas por ciudad, donde solo alguna docena de cintas serán estrenadas al año. Y el costo de acceso será un pequeño lujo (ya lo es de hecho), será una experiencia menos común y más sibarita. Top Gun: Maverick es una oportunidad para no dejar pasar la ocasión de ver buen cine en el cine, mientras aún sea posible.