Atómica, acción estilizada

En la última década ha surgido un estilo de películas que rápidamente se ha propagado en el gusto del público, thrillers criminales o de renegados con una alta dosis de violencia que son estilizados con una alta estética cinematográfica y música preciosista.

Encontramos cintas como «Milkshake powder», de la que hablamos en una entrega anterior. Y «John Wick» que se puede decir es la precursora de este género, la cinta de la que hablamos hoy es la que más se le asemeja en estilo y acción, además de estar protagonizada por una super estrella, Charlize Theron.

La trama

Lorraine Broughton (Charlize Theron) es una espía inglesa en la etapa final de la guerra fría, previo a la caída del muro de Berlín le es encomendada la misión de recuperar una lista que develaría la identidad de varios agentes. Para ello debe infiltrase en los bajos mundos de la Alemania socialista, solamente que ella no es la única que está en busca de la lista. Rusos, Americanos, Franceses e incluso sus mismos compatriotas británicos están al acecho. Lo que desata una lucha encarnizada que no distingue amigos de enemigos.

Violencia vs estética

Uno de los elementos clave para hacer visual y conceptualmente rica a la cinta es que la historia se desarrolla en el final de los años 80. Ello le aporta todo el universo visual y musical que dejó la época, la cual es imposible de separar de las luces neón y la música de sintetizador.

La razón por la que la cinta nos recuerda tanto a la saga de John Wick, es porque su director fue co director y productor de dichas producciones. Así que las escenas de acción que vemos aquí mantienen el estilo e incluso superan a lo que hemos visto con anterioridad.

Desde luego que el precedente se remonta hasta las películas de acción del cine de Hong Kong de los 80s, e incluso a la obra de Tarantino en los 90s y 2000. Donde ya apreciábamos esta mezcla de contraponer imágenes de violencia con música pegajosa.

El efecto que causa en el espectador se centra en esta dicotomía de sentimientos y emociones encontrados entre ver algo que debería disgustar, pero cuyo impacto estético nos hace disfrutar.

En Atómica cada escena está perfectamente colorizada y encuadrada para representar una postal perfecta. Derivado también del hecho de que está basada en una novela gráfica, y la influencia es palpable en pantalla.

El carisma De Charlize

Con todo lo mencionado anteriormente la trama pasa a segundo término, en un principio podemos confundirnos sobre qué es exactamente lo que sucede. Pero conforme avanza la cinta nos percatamos que no es tan importante saber los detalles sobre quién es quién en la historia. Y nos dejamos llevar simplemente por lo que sucede con la protagonista.

Si alguna artista era ideal para este papel era Charlize Theron, quien ya ha demostrado como su carisma puede levantar una cinta entera incluso por encima del protagonista. Como fue el caso del remake de Mad Max.

Su despliegue físico es impresionante, especialmente en una escena que de inmediato es un clásico del cine de acción. Una pelea de 10 minutos «sin corte» en unas escaleras, que llevó varias semanas de rodaje y que es parte del climax de la cinta.

Dados los recientes rumores sobre que la franquicia de James Bond se plantea hacer un cambio en el personaje no solo de raza sino también de género. Varias voces se han sumado a la idea de no hacerlo, y crear un personaje en el mismo universo pero con su propia mitología y pasado.

Películas como Atómica o Agente Salt con Angelina Jolie son pruebas contundentes que la creación de una espía femenina no necesita irrumpir en una cansada saga de medio siglo de edad, para ser interesante y redituable a nivel taquilla.

En conclusión

Atómica no es una película profunda ni pretende serlo, es simplemente un ensayo visual de acción que merece la pena ser visto por puro entretenimiento, y las imágenes y la música que acompañan a la Charlize son el mejor argumento.