Los pájaros, la naturaleza como fuente de suspenso

Existen varias películas de Alfred Hitchcock que están presentes en el imaginario público, incluso forman parte de la denominada cultura pop. Como «Vértigo» o «La ventana indiscreta», pero una que mucha gente reconoce aún cuando ni siquiera la ha visto probablemente sean los pájaros.

En esta cinta de 1963 Hitchcock explora un nuevo argumento de suspenso y horror que a la larga sería un tema que haría un género completo, las películas de desastres naturales. En su obra de «Los Pájaros» explora la posibilidad de que estos pequeños seres alados se conviertan de un pequeño encanto de las mañanas a un terror en los cielos.

La trama

Melanaie (Tippi Hedren) es la hija del dueño de un importante periódico y parte de la alta sociedad en San Francisco. Un día su camino se cruza en una tienda de aves con Mitch (Rod Taylor), en un encuentro que va de lo amistoso a la enemistad y finalmente a la tensión romántica. Haciendo que Melanie termine pasando el fin de semana en la casa de playa donde habitan la madre y hermana menor de su repentino interés amoroso. Evento que se ve ensombrecido por el extraño comportamiento de la aves en la zona, las cuales sin razón alguna empiezan a atacar a los habitantes del pequeño pueblo.

Transformar lo cotidiano en el suspenso

El mayor encanto de esta película reside en el giro significativo que se le da a la percepción de los pájaros, de algo que es comúnmente del agrado general y transformarlo en una fuente de miedo.

Recuerdo perfectamente cuando era niño por allá de los años 80s que vi un anuncio en televisión de que pasarían esta cinta, y solo el comercial me pareció impactante. Desde luego mi madre no me permitió verla en ese entonces.

Hoy en día la película no causa el impacto que produjo en otras épocas, incluso en los ochentas ya era una cinta que palidecía frente a otras historias de terror contadas en la pantalla grande.

Aún así podemos encontrar en ella su propósito y esencia original y darnos cuenta de la genialidad que representó en su momento. La idea no surgió de Hitchcock, proviene de una novela corta de Daphne du Maurier, de la cual extrae la premisa de lo que pasaría si un día las aves del mundo se volvieran en nuestra contra.

Este sentido de que el terror surja de lo cotidiano era algo que el director manejaba a la perfección, situaciones que en la que podríamos encontrarnos cualquier día, cómo hospedarnos en un motel, ser confundidos con la persona equivocada, que el vecino sea un delincuente o en este caso que la naturaleza nos juegue una mala pasada.

Esta película se podría calificar como una especie de preámbulo a las producciones de desastres naturales que se empezaron a popularizar después de «Armagedón» (1998). Aún sin todos los avances en efectos especiales, «Los Pájaros» logra crear con ingenio y los primeros artilugios de la composición VFX un historia entretenida y con momentos de tensión. Repito que hay que estar conscientes de la época en que se sitúa, y que se refleja en varias escenas, donde los medios de comunicación inmediatos son radio y teléfono fijo.

Una nueva estrella

Para esta cinta Hitchcock debutó a una modelo, que pasó de hacer portadas de revista y comerciales a actriz de Hollywood, Tippi Hedren. Y para ser su primera incursión en la actuación deja una interpretación más que aceptable y hasta icónica.

Es muy probable que se estuviera interpretando a sí misma en cuanto a temple y carácter, lo cual ayudó a crear un personaje bastante entrañable y creíble. Cosa que no sucedió con su segunda cinta con el director, donde se nota fuera de lugar. Pero que también podríamos atribuir al acoso del director, que años después fue denunciado por la misma actriz.

En «Los Pájaros» nos deja probablemente el papel más memorable de su carrera, cosa que pocos pueden decir de su primer trabajo o proyecto.

En conclusión

«Los Pájaros» es un clásico del cine americano en cual podemos ver la genialidad de un director conjugada con la fresca actuación de una entonces novel actriz. Mirarla en la actualidad no nos causa el mismo miedo de quienes la vieron por primera vez en los años 60, y aquellos que acudieron a la premier, que cuando salieron fueron sorprendidos por sonidos de pájaros provenientes de unas bocinas instaladas en los árboles del exterior. Pero tal vez y solo tal vez, después de ver la película, la próxima vez que veamos una pequeña parvada reposando en los juegos del parque prefiramos hacerlo con sana distancia.