A unos días de llegar a su fin las dos series más esperadas de este año, es posible analizarlas en retrospectiva. Y aunque como se suele decir las comparaciones son odiosas, es inevitable ponerlas frente a frente para determinar si alguna de ellas rebasó a su oponente.
Este emparejamiento está propiciado en mayor parte por el hecho de que ambas series pertenecen al género de la fantasía, relacionada con castillos, espadas, batallas y personajes fantásticos como dragones o elfos.
Además ambas provienen de una mitología bastante nutrida, surgida de una saga de libros en cuyos autores crearon un universo cuasi religioso. Tolkien con «El señor de los anillos» y Martin por «Juego de tronos».
A final de cuentas la diferencia entre ambas producciones no fue tan distante, la ganadora por una pequeña diferencia es: «La casa del dragón». Debido principalmente a que la trama está basada completamente en los conflictos interpersonales de los personajes. La manera en cómo se entretejen los intereses, las rencillas y los romances crean un tejido lo suficientemente complejo e interesante para mantener nuestra atención cautiva durante la temporada.
Mucha gente percibe esta serie como lenta, e incluso la compara con cualquier novela televisiva convencional. Pero hay que recordar que su predecesora juego de tronos tampoco tuvo unas primeras temporadas altamente emocionantes. Sorprendio por la inusual práctica de matar a personajes claves, lo que mantenía nuestra expectativa. pero cualquier persona que empezara a ver la serie a mitad de cualquier temporada se aburriría completamente con un solo capítulo. Ya que este tipo de series requiere de conocer todas las relaciones posibles entre personajes, conexiones entre eventos y «giros de tuerca» que se van cocinando a fuego lento.
Podríamos decir que «La casa del dragón» fue una serie orientada hacia un público más adulto, empezando por el hecho de contener escenas más violentas o de carácter sexual. Además de temas complejos como el incesto.
Por otro lado «El poder de los anillos» se estuvo promocionando como la serie más cara de todos los tiempos, lo cual fue completamente notable en pantalla. Cada set, cada vestuario, cada encuadre de la película era una obra de arte.
Su mayor problema consistió en que las distintas historias que componen la trama no llegaron a su clímax sino hasta los últimos capítulos de la misma. Además de carecer del ingrediente secreto de su contrincante, que son el conflicto interno de los personajes. Prácticamente no existe un desarrollo profundo de las virtudes y defectos de cada uno de los protagonistas, a excepción de Galadriel. La que al contrario, llega a presentar un exceso de actitud que puede incluso provocar animadversión por parte de la audiencia.
Amazon en su afán de tratar de hacer una historia que fuera apta para todo público, también ha dejado de lado escenas que pudieran estar subidas de tono en cuanto a violencia o relaciones amorosas. Si bien esto no es una obligación para las series, en la actualidad casi así lo demanda la audiencia.
Cada producción tiene un nicho distinto al cual se dirige, y cada uno de estos grupos tuvo críticos y porristas, sobre todo por la inclusión de un elenco más diverso en cuanto raza se refiere. Pero el público en general que no somos conocedores del material original, nos basamos únicamente en lo que vemos en pantalla. Y en conclusión es posible disfrutar de ambas series sin conocer dicho material, cada na nos dará una experiencia distinta de su propio universo. Y cada persona podrá decidir si prefiere el drama, violencia e intriga o los escenarios oníricos donde personajes fantásticos libran una lucha del bien contra el mal.