«Marry me», la comedia romántica en extinción

El género de la comedia romántica lleva tiempo que experimenta un cierto declive. En otros tiempos solía ser un género de cine cuyo mercado estaba centrado las mujeres, lo cual ha ido cambiando conforme los estereotipos se tornan menos definidos.

Y en la actualidad el romance pareciera ser más un remanente de viejos clichés o para generaciones de mayor edad. Cuando en otros tiempos eran los filmes por excelencia de la juventud.

Modernizar estas historias no es fácil, con nuevas dinámicas sociales y los nuevos conceptos sobre lo que una relación amorosa significa para estos tiempos actuales, hacen difícil terminar de moldear una buena propuesta.

Uno de los más recientes intentos es «Marry me» (Cásate conmigo) que trae en el papel protagónico a una de las representantes más icónicas del género. Con éxitos como «Maid in Manhattan» o «The Wedding Planner», Jennifer López regresa a intentar darle vida de nuevo a la comedia romántica.

La trama

Kat Valdez (Jennifer López) es una estrella de fama internacional que está por casarse con otra super estrella, Bastian (Maluma). Para ello han planeado hacer su boda en un evento masivo, un concierto delante de sus fans. Pero instantes antes de llevarse a cabo, Kat descubre una terrible verdad sobre su prometido que la orilla a suspender su boda con él. Sin embargo, alterada por el momento, decide casarse en ese instante con uno de sus fans presentes. Eligiendo a Charlie (Owen Wilson), que en realidad solo estaba ahí por casualidad, a partir de ese momento la vida de ambos toma un giro de 180 grados. Pues Kat comienza a tener mayor contacto con el mundo real alejada del glamour en el que vive su ahora esposo, mientras Charlie se verá abrumado por los reflectores de la fama y el acoso de la prensa.

Un amor sin obstáculos

La premisa de la cinta es interesante, dicha historia es retomada ligeramente de una novela gráfica, donde probablemente el desarrollo de la historia tiene un mejor manejo. Tal vez el mayor fallo de esta adaptación es que la historia prácticamente no tiene un conflicto hasta casi el final de la cinta.

La tardanza en la aparición del nudo de la historia nos hace perder el interés hacia la mitad de la cinta, donde sentimos que hemos visto todo lo que teníamos que ver pero notamos que aún falta media película.

Desde luego que todo el peso la cinta está sustentado en Jennifer Lopez, Owen Wilson bueno… como suele suceder se interpreta a si mismo y resulta un tanto inverosímil que su personaje empiece a cautivar a la glamorosa cantante con su introvertida personalidad.

Incluso en su mejor cinta del tipo (Media noche en Paris) Wilson nunca ha sido el más carismático en pantalla, por lo que la elección de un actor distinto para este papel le hubiera dado una mejor dimensión. Acompañado de algún tipo de villano u obstáculo un tanto más presente.

Modernizando el romance

El mayor acierto de la cinta queda plasmado en la representación de las relaciones interpersonales en los tiempos de las redes sociales, algo que no existía cuando las grandes comedias románticas triunfaban (recordar «Sintonía de Amor, «Solo Tu», «Mejor imposible). Donde existía el misterio de conocerse entre sí, de no saber de inicio que había detrás de la persona. Cuando hoy en día con acceder a los perfiles gran parte de la magia queda borrada.

Quizás es por eso que las comedias románticas no triunfan tanto en la actualidad, «Marry me» trata de rescatar un poco de ello, de hacer a los protagonistas pasar un proceso de descubrimiento «a la antigua». Pero es algo que no tuvo un tratamiento adecuado y queda solamente en un largo tramo donde no sucede mucho.

En conclusión

Las comedias románticas están en peligro de extinción, tal vez el mismo concepto de romance está desapareciendo. Por ello se agradece el intento, así como el regreso de Jennifer Lopez al género. Si bien no es una película que recordaremos 10 años después como otros clásicos, es posible verla en una tarde cualquiera sin muchas expectativas al respecto.