María Sabina, fue y será una de las curanderas y chamana más importante de México, y que además nos regaló una oración increíblemente sanadora

Nacida en Huautla de Jiménez, Oaxaca, Maria sabina desde muy pequeña inició en el mágico mundo del chamanismo y con el tiempo se convirtió en el vínculo entre el mundo de los espíritus y el terrenal.

En su transitar por esta dimensión, nos regaló unas oraciones que son un total misterio para la humanidad, ya que tienen un efecto sanador y transitorio.

La familia y herederos del don de María Sabina, hasta el día de hoy siguen usando esta poderosa oración en canticos y rituales, y a decir de ellos, el idioma de los rezos de su abuela sigue siendo un completo enigma.

A través de esta oración, seremos capaces de entrar en una dimensión sagrada y sanadora a la que esta venerable santa nos quería llevar desde el mismo instante que su vida comenzó a documentarse.

Para los que son creyentes del poder de la oración, pueden usar estas oraciones para entrar en un estado sereno y de alta frecuencia sanadora, y para los que no son creyentes, pueden deleitarse leyendo cada oracion, ya que resulta altamemente placentero y poético.

Soy la mujer que sola nací,

soy la mujer que espera,

soy la mujer que examina,

soy la mujer que mira hacia adentro,

soy la mujer que mira debajo del agua,

soy la nadadora sagrada,

porque puedo nadar en lo grandioso!

Soy la mujer que limpia,

soy la mujer que arregla,

soy la mujer que nada,

soy la nadadora sagrada,

soy la nadadora dueña,

soy la nadadora más grande,

soy la mujer lancha!.

Soy la mujer estrella de la mañana,

soy la mujer luna,

soy la mujer que vuela,

soy la mujer águila,

soy la mujer aéreolito!

Soy la mujer constelación huarache,

soy la mujer constelación bastón,

soy la mujer estrella, Dios,

porque vengo recorriendo los lugares desde su origen.

Soy la mujer de pensamiento,

mujer de sentarse, mujer de pararse,

el corazón de nuestro padre traigo yo,

el corazón de «Tata» traigo yo

Madre que estás en el cielo,

Padre que estás en el cielo, hacia allá voy,

pues ahí estoy hablando con mi libro,

con mi lengua, con mi boca.

Porque miro hacia adentro,

examinó mi libro limpio,

mi libro arreglado,

mi Dios limpio,

mi Dios bien hecho.

Soy la mujer brisa,

soy la mujer rocío fresco,

soy la mujer del alba,

soy la mujer del crepúsculo,

soy la mujer que brota,

soy la mujer arrancada!

Soy la mujer que llora,

soy la mujer que chifla,

soy la mujer que hace sonar,

soy la mujer tamborista,

soy la mujer trompetista,

soy la mujer violinista,

soy la mujer que alegra,

pues soy la payasa sagrada!

Soy la mujer piedra del sol,

soy la mujer luz de día,

soy la mujer que hace gritar,

soy la mujer del cielo,

soy la mujer de bien,

soy la mujer espíritu,

porque puedo entrar y salir en el Reino de la muerte.

María Sabina, Huautla de Jiménez, Oaxaca. México

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