Blue Valentine, ¿En qué momento el amor se vuelve rutina?

Algunas de las preguntas que más nos quitan el sueño son ¿Existe el amor? ¿Por qué el amor acaba? ¿Por qué puedes terminar odiando a alguien que idolatrabas? Dice una frase que la persona que más amas es la que puede hacerte el mayor daño. Esta inevitable dualidad entre el amor y el odio se encuentra presente en una gran cantidad de las historias de pareja.

Blue Valentine es una película que explora ambas polaridades de las relaciones de pareja. Dean (Ryan Gosslin) es esposo de Cindy (Michelle Williams) y padre de Frankie, una niña de 5 años. Juntos forman un matrimonio promedio de la sociedad americana, esforzándose cada día por cubrir las necesidades básicas. Ambos trabajan, él pintando casas y ella de enfermera.

Al inicio de la película somos testigos de su situación actual, erosionada por los estreses propios de la paternidad y los roles sociales que deben cubrir. Con frecuentes exabruptos que nos muestran un matrimonio tenso y con intermitentes muestras y rastros de cariño mutuo.

Es mediante flashbacks, que poco a poco vamos conociendo a la pareja en sus inicios, incluso las situaciones que vivían previo a conocerse. Habiendo visto durante los minutos iniciales de la historia los distintos conflictos que atraviesan, cuando los vemos conocerse por una casualidad, por una simple fracción de segundo. Es inevitable reflexionar sobre los rumbos que habrían tomado sus vidas si no se hubieran conocido. ¿Sería algo mejor… peor?

Dato curioso es que el director primero filmó la escenas de cuando son novios, y en varias de ellas los actores no sabían los diálogos de su contraparte, ello con el fin de generar espontaneidad en las situaciones. Quedando momentos tan entrañables que llegaron a sugerirle al realizador que ya no filmara la historia del matrimonio y fuera solo una historia de noviazgo.

Para rodar las escenas de casados los actores vivieron juntos previamente durante todo un mes, con el fin de generar la rutina y propiciar el suficiente desgaste para eliminar la «chispa» de la historia de novios.

Derek Cianfrance, el director menciona que escribió la película como una catarsis del divorcio de sus padres, ya que nunca supo en qué momento dejaron de amarse. Y es una pregunta que le rondaba en su cabeza. ¿Existe ese momento exacto en que se transita del amor al odio? ¿En qué instante preciso una caricia o un beso se vuelven rutina o incluso fastidio?

Blue Valentine no es la típica película romántica de fin de semana, pero sin duda alguna es una cinta que toda pareja debe ver. Y reflexionar sobre las necesidades y aspiraciones del otro, por que si bien el amor perfecto no existe, siempre hay una perfecta manera de amar.