Victoria, suspenso en tiempo real

La historia sin cortes

Filmar una película en una sola toma ha sido un desafío que ha interesado a los cineastas desde que las películas son largometrajes. ¿Qué quiere decir en una sola toma? Que desde que inicia la película hasta que termina, solo tenemos la visión de una sola cámara, sin corte alguno mientras se captura toda la historia de forma cronológica. No hay tomas alternas que nos den otro ángulo, simple y sencillamente somos un espectador más dentro de la historia.

Este tipo de experimentos son más comunes de lo que creemos, obviamente la dificultad de su ejecución y lo tedioso que puede llegar a resultar para el espectador había alejado esta técnica de las grandes producciones. Es en la última década donde hemos podido ver un par de ellas, incluso recibiendo Óscares como fue el caso de Birdman de González Iñárritu y Dunkirk de Sam Mendez.

Probablemente la más famosa y una de las primeras en hacerlo fue La Soga (1946) del maestro del suspenso Alfred Hitchcock. Que aún con las limitantes de la época logró crear uno de los clásicos del cine.

Victoria, una historia de madrugada

La película que reseñamos hoy utiliza esta técnica para contarnos la historia de Victoria (Laia Costa) una chica española que se encuentra residiendo en Berlín. Iniciamos con ella momentos antes de su salida de un club nocturno, una vez en la calle y por cuestiones fortuitas (que comentaré más adelante) conoce a un grupo de chicos alemanes y entabla una amistad express con ellos, curiosamente no hablando en español ni en alemán si no en inglés.

La historia por obvias razones avanza bastante rápido y la amistad y posible romance que surge entre Victoria y el líder del grupito de amigos pronto da un giro de 180 grados, que pondrá al límite a nuestra protagonista.

Victoria entabla una amistad express que pronto se convierte en peligro de vida.

Descubrir la historia al mismo tiempo que la protagonista

Sin duda alguna el mayor atractivo que tiene esta película es el suspenso que surge de las situaciones. Si bien en otro tipo de películas también se encuentra presente, el hecho de que no tengamos historias alternas, ángulos de apoyo o cualquier otro contexto. Hace que nos convirtamos en una especie de acompañante mudo de Victoria, la cámara nunca se despega de su lado. Por lo que no podemos oír o ver lo que se encuentra fuera de su alcance, somos un testigo silencioso que junto con ella descubrirá la historia minuto a minuto.

Escenas donde a lo lejos vemos pláticas o discusiones, o perdemos de vista al resto de los protagonistas mientras esperamos con ella. Transmiten de buena manera la sensación de angustia que Victoria pasa en esos instantes.

El punto débil de la historia

Tengo que regresar al origen que desencadena todas las situaciones de la cinta, así es, el encuentro inicial entre la protagonista y el grupo de amigos. Si bien mi perspectiva puede estar sesgada por la situación de inseguridad que se vive no solo en México si no en Latinoamérica en general. Es que me parece poco verosímil la forma y la rapidez en que una mujer como Victoria podría entablar una relación de confianza con 4 chicos que «dan mala espina».

Por un lado creo que esto es intencional, es decir que el director buscó crear ese sentimiento en el espectador de «pero qué hace esta chica». Y es que no solo lo hace una vez, si no una segunda, cuando parece que se han marchado y ella es la que decide involucrarse de nuevo en la historia.

Haciendo ese detalle a un lado, la película cumple cabalmente con el objetivo que seguramente se planteó el director, mantenernos enganchados en cada nueva situación que se desarrolla, la cual va escalando en peligrosidad e incertidumbre. Como dato técnico la película se filmó 3 veces completa y fue la tercera toma la que observamos como filme final. No hubo cortes ni de manera digital o de manera oculta con el movimiento de la cámara, cosa que si ocurre en las otras películas mencionadas al inicio. Además de que no pudo competir como película extranjera en los Oscar por estar hablada en inglés. La cinta es dirigida por el alemán Sebastian Shipper y filmada en su totalidad en Berlín.

En pocas palabras, esta película es una de esas joyas ocultas de la cinematografía que vale la pena descubrir en una tarde de cine.

Victoria (2015) – 2h18min
Director: Sebastian Schipper
Protagonistas: Laia Costa, Frederick Lau
En streaming por Amazon Prime

Curioso de las artes visuales.

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