Roma, ¿En realidad es tan buena película?

Todos los caminos llevan…

A más de tres años desde que Roma la última película del cineasta Alfonso Cuarón fuera estrenada, elogiada en múltiples festivales y premiada en diversas ceremonias. Analizamos a la distancia su legado como pieza cinematográfica.

Es indudable que las películas del cineasta mexicano siempre han sido de calidad, con una manufactura impecable y generalmente con buenas historias y guiones. Incluso desde sus inicios con Solo con tu pareja, una modesta producción, logra transmitir una atmósfera cinematográfica que resultaba ajena a lo que se producía en aquellos años.

A estas alturas la trama de Roma probablemente sea conocida por el 99% de los que lean esta reseña. Para ese 1% que por alguna razón aún no ha visto la película, la historia la podemos resumir fácilmente. Es la historia de Cleo, una empleada del hogar en los años 60s que trabaja en una casa de clase media alta en la ciudad de México, obviamente en la colonia Roma. Su trabajo además incluye el ser nana de los niños de la casa, su vida se ve afectada cuando queda embarazada de su pretendiente que desaparece de su vida al momento de enterarse.

EL encanto de la película

Según el mismo Cuarón la película es inspirada a nivel historia, ligeramente en su propia nana. Y a nivel visual y atmosférico está basada casi por completo en sus memorias y recuerdos de infancia.

La recreación de una una nostálgica ciudad de México puede ser apreciada tanto por aquellos que vivieron de primera mano dicha época, así como por los que solo la conocimos por medio de las películas de la edad de oro del cine mexicano.

De acuerdo a al director la casa donde fue filmada está en la misma calle que la casa donde vivió de niño, la cual resultaba menos espaciosa para la filmación. Muebles y decoración fueron también colectados entre familiares del cineasta. Y cajones, roperos y alacenas fueron llenados con los objetos adecuados aún cuando no aparecieran en cámara. Todo ello con el fin de darle alma o espíritu al filme.

También es sabido por todos que la actriz principal fue resultado de un casting y que su actividad profesional era la docencia y que por azares del destino terminó asistiendo a las pruebas a las que su hermana se había registrado. Y todo terminó en una histórica nominación al Oscar. Todo lo anterior contribuyó a acrecentar el «encanto» de la película.

Un cine muy personal

Ya en aquel entonces la opinión se encontraba dividida sobre el valor autentico de la pieza cinematográfica, nadie duda de la calidad de cada engranaje que la compone. Pero es válido preguntarse si la película hubiera tenido el mismo furor mundial si el autor fuera cualquier otro cineasta, o el arrastre del realizador es el que influyó en el éxito de la misma.

Observando esta película de manera objetiva, las emociones que busca crear en el espectador están muy ligadas a la nostalgia que el propio director quizo re crear. Y que probablemente encuentren más simpatía en una audiencia local. La historia a cada momento encuentra pretextos para mostrarnos paisajes, personajes y situaciones muy específicos que claramente son una especie de memoria visual de Cuarón. Asistimos a ver una especie de álbum fotográfico o memorabilia del director.

Rebels of the neon God (1992)

Y es entonces que puedo encontrar similitudes cuando veo ejercicios similares sobre todo en el cine asiático, como en la película «Rebels of the Neon God» de Ming-liang Tsai. Un cine muy personal, donde el director nos presta sus ojos por un momento y nos obliga a mirar en los ritmos y planos que lo conmueven. Alejado de cualquier artilugio o adorno cinematográfico. Somos testigos de los lugares y situaciones que seguramente despiertan emociones y recuerdos en la mente del autor.

Ambos directores son ampliamente laureados y reconocidos, pero hay que reconocer que en caso del director asiático su cine es completamente personal, alejado de los blockbusters y la gente ajena al cine de arte no tiene conocimiento o preferencia por su estilo. Cuaron por otro lado, si bien su estilo es reconocible en la mayoría de su obra, sorprende con lo personal de su enfoque en esta pieza.

Cold War (2018)
Roma (2018)

Una Guerra fría

Para finalizar mi reflexión hay que señalar que ese mismo año se estrenó Cold War (Guerra Fría) del polaco Pawel Pawlikowski, que un par de años antes ya había ganado el Oscar por mejor película extranjera por Ida. Cold War al igual que Roma compitió por el Oscar de mejor película extranjera, también estaba filmada en blanco y negro y la trama recurría también a la nostalgia de una Europa de los 50s.

Haciendo el ejercicio injusto de la comparación, Cold War rebasa a Roma en todos los aspectos, es una película estéticamente espectacular y cuyos giros en la historía y el desenlace de la misma causan un mayor impacto en las emociones del espectador. Pero toda opinión es subjetiva y la división sobre si la dimensión que adquirió Roma está justificada o no seguirá.

Al final siempre es cuestión de gustos, y sin duda hay público para todo. Aquellos que se sientan más afines a indagar en las memorias, gustos, manías, fobias o traumas de los realizadores disfrutarán sin duda de Roma. Para los otros que no se sientan atraídos por dicha historia recomiendo Cold War.

Roma (2018)
Director: Alfonso Cuarón
Protagonistas: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira
En streaming por Netflix

Cold War (2018)
Director: Pawel Pawlikowski
Protagonistas: Joanna Kulig, Tomasz Kot
A la venta y renta en iTunes

Curioso de las artes visuales.

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